Soy
Gracias a que otro
escribe las argucias de mis células
Y su tejido
Ciego, con la razón
absurda de un poeta
Teje el tapiz de la
conveniencia
Que se confiesa con
la esperanza
De que será benigna
la penitencia
Al fin
Que vida y sudario
¡ese pañuelo!
De gusamenta
Que su lloro de no
ser camino, en cambio
Nudo de larvas
Que los pájaros
deshacen mientras sueñan
Con el nido
Que habrá de
regalarles la primavera
En tanto la
indigencia loca
Calma la sed
A las manos del K-loor
Con jugo de naranjas
químicas
Somos, gracias
Dulce Dios que se
vence a sí mismo
En el deseo colmado de
razón insuficiente
Siempre terminas el
silogismo
Aliviándote la enfermedad
A fuerza de-mente
Y las flores siguen
sin su Salomón
Pero el pasado, ese
camino sin principio
Vuelve siempre la
vista atrás
Para degustar la sal
Que le aliñe el pan
muerto de cada día.
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