miércoles, 8 de febrero de 2017

RÍO FINAL

RÍO FINAL

Un río con voluntad propia era la vida
tener mente era dar causa a semejante río
unos son los que temen y otros meten
en cada ánfora su cierto vino, mente
y lo ponen a embriagar paisajes
los parajes con los que la mente no ha podido.
¡Tú, te me quedas ahí!
dijo el anciano deán de sí mismo
al pagano corazón desgarrado que oía al río
su bronca tormenta se quería despeñar
No te me vas a ir a lloriquear heridas,
no vas a enredar tus girones en la orilla de las sombras
ponlas allí, contra la luz
donde los cuernos del buey noble le harán de trillo
¿Qué es tarde?
el surco que no germina pone la mesa
a otros gritos que luchan por no ahogarse.

De las rebeldías del río
en las hilachas de un muslo dolorido
obediente el descosido corazón ha ido a sentarse
y el saco aquel fue echado a rodar
no hay Jacob ni hay ángel
por el ciego precipicio
¿resistirá hasta el último mi-tu-no, minuto;
desdeñará la fiera mano
que blande antes el agudo filo
el valle final adónde escrito,
ese, ese en-agudo-sé, segundo?

Temen algunos la mente, ese cuchillo.

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