Ayer fue un verso
en la calle varias veces visto:
"¡¿Quién quiere vender conmigo la paz de un bebé durmiendo"?!
y una palabra bella se deslizó bajo la manta: Sonso
porque era como un arrullo en la frontera del delirio y el sosiego
muy en punto de hora perfecta esta mañana
sin llamar a la rosa
el botón estAlla su pirotecnia en los labios de sus pétalos
para asistir al milagro sutil de un mínimo beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario