sábado, 25 de octubre de 2014

ELLA NO QUIERE

Ella no quiere que le mande cartas
me pide que le mande notas escuetas
de ejecutivo a cliente, de alumno a maestra.

Ella que tiene un jardín en su sonrisa
y un amplio buzón de correspondencia
me hace desear estar en su mesita de noche
-que es el piso del colchón donde se acuesta-
quiero estar en su lista de los que les sigue la pista
-aunque tenga una línea secreta-
quiero estar en su pastilla que le alivia la jaqueca
-aunque sólo se la fabrique el laboratorio de las letras-
si no quiere que le mande cartas
es por que me tiene en cuenta
-con cierto miedo de héroe seguro
a Súperman también se le acaba la kriptonita
puede ser que le pongo a mil el borrador
y tenga recelo de que se obre el milagro
de que al fin se monta en el carro
que en un segundo le pone de cero a ciento ochenta.
La verdad es que no sé que hacer, estoy en un dilema
si le hago caso a lo mejor se aburre
si la atosigo me detesta
creo que lo tengo decidido: O me ahoga o me da...
le voy a ser río, le voy a inundar
hasta que diga que tiene frío
que quiere que la corriente indiferente que la baña
tenga el nombre de ella.

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